Voy a comentar hoy algunos aspectos de la Semana Santa.
A buen seguro no son los únicos pero sí los más importantes, porque me interesa dejar clara una base que a veces obviamos.
Empieza a ser indignante la incultura religiosa que nos rodea.
Muchas personas confunden Semana Santa con procesiones o vacaciones.
La Semana Santa tiene de lo uno y de lo otro, pero ni de lejos son lo más destacable de estos días que se avecinan.
En primer lugar, la Semana Santa es un poco peculiar, ya que dura ocho y no siete días.
Comprende desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.
Por lo tanto, esos ocho días son un recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Sus días más importantes a nivel de celebraciones litúrgicas son 4, que detallo a continuación:
Domingo de Ramos: Se recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde es recibido como el Mesías esperado, el liberador del pueblo judío.
En la Eucaristía dominical se bendicen las palmas y ramos de olivo y se leen dos Evangelios, la entrada en Jerusalén al comienzo y la Pasión durante las lecturas.
Jueves Santo: Eucaristía donde se conmemora la Última Cena de Cristo. Es el día del Amor Fraterno, el sacerdote lava los pies a doce personas en recuerdo de la acción servicial de Cristo.
En el catolicismo se recuerda la institución de la Eucaristíay del Orden Sacerdotal. Ya no se consagrará más hasta la Vigilia Pascual.
En esa noche, del Jueves al Viernes Santo (La Madrugada o “madrugá” en Andalucía) se expone el Santísimo Sacramento en las Iglesias, y se organizan turnos de vigilia para acompañar a Cristo Sacramentado. Con ello se recuerda el doble juicio judío-religioso y romano-civil que Jesús tuvo esa noche.
Viernes Santo: No hay Eucaristía propiamente dicha, sino “Oficios”. Se venera la cruz y se comulga sin consagración. Se lee la Pasión y se reza por todas las necesidades de la Iglesia y del mundo.
Día de ayuno y abstinencia. Se recuerda así la Flagelación, las burlas, el camino del Calvario y las dos horas de crucifixión de Cristo. Pasadas las tres de la tarde (hora de la muerte) se deben tapar todos los crucificados y cerrar todos los templos. Es día de luto y de tristeza, a la espectativa de la resurrección.
Vigilia Pascual: En la noche del sábado comienza el Domingo de Resurrección, con una misa especial: Se bendice el fuego y se reparten velas, se proclama el Pregón Pascual y nueve lecturas del A.T y del N.T. y se renuevan las promesas bautismales (puede haber bautismos, expresión máxima de la victoria de Cristo).
Se conmemora la victoria de Cristo sobre la muerte, momento que será recordado cada domingo y cada Eucaristía.
La palabra Aleluya, con las que el sacerdote despedirá todas las Eucaristías del tiempo Pascual, significa "Alabad a Dios". Es día de alegría y de júbilo, porque Dios nos muestra el camino de la Salvación.
Estos tres últimos días componen el Triduo Pascual, que constituye el centro y las celebraciones más importantes de la espiritualidad cristiana.
De momento, creo que es un buen esquema de la Semana Santa en su aspecto litúrgico. Espero poder enriquecerlo en las siguientes semanas.
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