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La forma de hacer política en Cabral es distinta al resto de la geografía nacional. Las controversias personales se agudizan en cada proceso; la gente, la familia se divide y al final se pierde el equilibrio social.
Con la puesta en efecto de las leyes de régimen electoral y de partidos puede sorprender a muchos. Con el mandato de la ley los partidos están obligados a rascarse con sus propias uñas, ahora serían primarias simultáneas todas el mismo día, lo que se le hace complicado a los que por décadas jugaron a meter la manos en las elecciones internas de los partidos contrarios.
La división e inercia y apatía de la dirigencia del PLD en Cabral, lo ha puesto en una situación incómoda para enfrentar los nuevos retos de cara al venidero proceso electoral. De un lado el PLD tiene un precandidato en Rafael Ferreras (PePe) que no ha cesado en trabajar en sus aspiraciones, y de ser ahora mismo las elecciones internas, sin dudas “Pepe” sería el candidato del partido morado.
Wellington Pérez
Del otro lado está el G5, el cual representa los cinco miembros de la dirección política municipal, quienes se unieron las pasadas elecciones apoyando a La Bujía y deteniendo de lleno pretensiones de Pepe.
Si el G5 no levanta un candidato producto del consenso y que cuente con el respaldo de todos, entonces Pepe tendría el carril de adentro para convertirse en el candidato oficial. Todo esto tomando en cuenta que cada partido tendrá que contar con sus propios votos, ya no se podrá contar con los votos de simpatizantes de otros partidos.
En conclusión si el G5 no unifica sus criterios y dejan las apetencias personales, se les hará tarde para ablandar habichuelas.
El autor es dirigente medio del PLD.
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