Por Still Pérez Guzmán
Mi amigo Junior Rodríguez (Wilkin Lavadora) es muy locuaz, conversador acalorado, incisivo y ameno. Tiene la virtud de sacarle palabras al más "tacaño" de la lengua. Hoy me abordó con un análisis crítico de la Dictadura de Trujillo.
Me dijo que Trujillo no fue totalmente malo, pero tampoco fue bueno. Entre las cosas positivas, Wilkin Lavadora señaló las migraciones que manejó como política de Estado de primer plano. Me recordó que trajo una cuantiosa población de Judíos al país, con quienes formó una "colonia" que asentó en Sosúa, Puerto Plata; que lo hizo como una forma de solidaridad con ese raza que estaba siendo masacrada por Hitler. El Holocausto hitleriano.
Le agregué que Trujillo no era tan solidario, que era un visionario que sabía los aportes que generarían esos judíos, aportes parecidos a los que hicieron otras razas (húngara y japonesa) que también asentó en el país. Trujillo no era pendejo. Si hubiera sido tan solidario como piensa mi amigo Wilkin Lavadora, no habría matado y repatriado a tantos nacionales haitianos.
Mi amigo "Lavadora", Trujillo buscaba ventajas...
tomado de Ecos del sur.net
No hay comentarios.: