Por Mayobanex De Jesús Laurens
Hay seres humanos que son verdaderamente gente, de condiciones extraordinarias, dotados de una naturaleza especial que lo hacen ser distintos a los demás, que los impulsa a trascender, rompiendo esquemas, barreras y convertirse hasta sin quererlo en entes emprendedores de la vida.
Es una fuerza motriz interior que los lleva a descollar en cualquier renglón de las distintas disciplinas que la vida brinda de oportunidad para triunfar o fracasar, pero que la estirpe, abolengo y su propia mutación genética los lleva a ser distintos e imponerse en lo que ejercen o aspiran a ejercer.
Pero esas condiciones, que se logran bajo las premisas anteriores, deben estar avaladas por la propia personalidad, logrando combinarlas con humildad, sencillez y ser ente proactivo para lograr emprender los proyectos que conducen el éxito en la vida.
Domingo Silfa (Tito J. Vargas), no era un ser humano cualquiera. Sencillamente era extraordinario, con sus virtudes y defectos (que todos los tenemos), que lo hicieron alcanzar posiciones en el mundo del espectáculo, de la sociedad y en la política, gracias a ese talento innato que tenía.
Tras una noche larga que estuve disfrutando antes de irme a la cama, con el goce del triunfo de los Yankees de Nueva York, hoy jueves me despierto con la infausta noticia de que mi amigo y hermano Tito J. Vargas murió de un infarto fulminante a las 6:00 de la mañana.
Imposible, increíble creerlo. No me digan que se ha ido esa persona maravillosa, que siempre estaba con nosotros compartiendo en todo, alegre, con su estilo jovial, jocoso, amable, diciendo presente para todo lo que se le solicitara.
Oh Dios mío. Acógelo en tu reino y dale la fuerza a toda su familia para poder enfrentar este trance tan demoledor por la partida de ese ser sin igual.
Adió, mi amigo, mi hermano, mi compañero de comunicación y de la política…Adiós Tito, descansas en paz, hombre talentoso de bien…Me uno al dolor de tu esposa, hijos, padres y demás familiares tuyos…EPD…
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