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» » OCUPACIÓN MILITAR Y BARAHONA, 1916



Prof. Alejandro Paulino Ramos

(Seminario de Historia Local y Regional. Barahona, UASD-ACADEMIA DE HISTORIA DOMINICANA, 22 de febrero 2004).

Desde antes de la Ocupación militar americana de 1916, los intereses económicos de los norteamericanos se dejaban sentir en importantes sectores de la vida nacional, pero su presencia comenzó a ser determinante a partir de la ley sobre concesión de terrenos del Estado, la de división de terrenos comuneros (43), la ley de inscripción de la propiedad territorial (45), y la ley de franquicias agrarias de 1911.

Esta ultima, a la que recurrieron los inversionistas americanos cada vez que querían ensanchar sus propiedades, declaraba empresas agrícolas a todos los establecimientos que estaban o se iban a destinar al cultivo de la tierra, permitiéndoles a los capitalistas extranjeros operar libres del pago de derechos por un término no menor de ocho años.

La ley de concesionarios o franquicias agrícolas de 1911, permitía levantar factorías, construir carreteras, ferrocarriles, puentes, muelles, mejorar puertos y ríos, apropiarse de agua para irrigación, y construir canales, todo esto exonerado de impuestos de exportación por ocho años y sin que se pudieran modificar los impuestos vigentes durante veinte y cinco años. (M. Knight, pag.61). Las referidas leyes provocaron el deslinde de los terrenos comuneros, el despojo de los pequeños y medianos campesinos y el crecimiento de la propiedad en manos de los extranjeros por medios abusivos o ilícitos.

Por otro lado, en 1919 el gobierno americano promulgo la ley de registro de tierra, vinculada estrechamente con la de franquicia agraria; la nueva ley permitía la legalización de los títulos fraudulentos que se venían falsificando desde 1911 y adoptaba el sistema Torrens para el registro de tierra. De paso derogaba la de 1911 y creaba el Tribunal de Tierra. Barahona donde operaba el segundo central azucarero más importante del país, fue la zona de la región Sur más afectada por la voracidad de los azucareros norteamericanos.

BARAHONA

El Directorio de la República Dominicana de Enrique Deschamps, deja claramente establecido que Barahona era para 1906, un territorio donde se cultivaba en abundancia el café, sus terrenos eran fértiles y estaban cubiertos de selvas vírgenes de preciosas maderas de ebanistería, de construcción y de tinte; En Barahona y sus comunes se encontraban lagunas de agua dulce, y el lago Enriquillo. Para entonces Barahona tenia unos 4,500 habitantes.

La presencia voraz de las compañías extranjeras provocó cambios significativos en la forma de vida de la región, provocando la presencia de una inmigración importante, vinculada al Central Barahona y las compañías madereras que allí operaban. En 1918 Barahona tenía una población de 17,891 habitantes. Todavía en 1935, cuando se realizó el segundo censo nacional de la República Dominicana, la provincia con las comunes de Barahona, Cabral, Duvergé, Enriquillo y Neyba, tenía una población de 95,349 habitantes, de los cuales 19,225 eran extranjeros.

Los recursos naturales de Barahona más importantes eran sus ríos y costas, las tierras fértiles y los grandes bosques de madera preciosa. Los ríos principales de la provincia eran el Yaque del Sur, el Birán, Bahoruco, el Río de la Ciénega, Río del Estero salado y Ríosito. Además mojaban las tierras de Barahona el Arroyo Seco, Arroyo Feo, El Arroyito y el Arroyo Palomino, este ultimo de donde los norteamericanos, a través de tuberías, obtenían el agua que se utilizaba en el Central y la población.

Aunque la deforestación de Barahona se inició en 1916, en 1928 la Provincia Barahona todavía era rica en bosques de maderas preciosas, y poseía una importante producción de café, siendo el Ingenio Barahona, propiedad de la Barahona Sugar Company, el principal abastecedor y exportador de mercancía, dueños de la fabrica de hielo, y dueño de la panadería, mientras que la Barahona Wood Company seguía dedicada a la fabricación de roldanas. (Luis V. Peynado. Directorio Industrial y Comercial. Santo Domingo: 1928).

Para que se tenga una idea sobre el control de Central Barahona sobre la provincia, podemos destacar como en 1935, todavía los puentes principales de la común de Barahona y de Neyba eran de su propiedad, entre ellos el de Habanero, construido de hierro sobre el rió Yaque, el de La Bomba, en Palo Alto, y otro construido en hierro y que daba paso a los bateyes de la Barahona Company. (Vease a J.M. Incháustegui. La Republica Dominicana de Hoy, C.T.: Comospolita, s.f.).

LA PRESENCIA DE LAS COMPAÑÍAS NORTEAMERICANAS

Durante la ocupación militar americana la situación de los territorios de Barahona, incluyendo su bahía, sus ríos, los bosques y las propiedades de los campesinos de la región se vieron afectados a partir del establecimiento del Central Barahona, así como por la presencia de varias compañías norteamericanas que tenían puestos sus ojos sobre los recursos naturales y económicos de la zona.
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En las provincias de Azua y Barahona se encontraban muy activas, durante la primera ocupación americana, la Compañía Maderera “Orme Mahgany Company”, la cual poseía medio millón de acres de tierras, la Habanero Lumber Company, la cual tenia su sede en la provincia de Azua, con medio millón de acres, de donde exportaba madera para fabricar lápices en los Estados Unidos. En Barahona estaban presentes la Compañía Enriquillo también con medio millón de acres y la Barahona Wood Producs Company, fabricantes de roldanas, traviesas, y la que además tenía el monopolio de la exportación de carbón vegetal.

La Compañía maderera Enriquillo, de acuerdo a Melvin Knight, al parecer no tenia sus cuentas muy claras en los Estados Unidos y su presidente lo fue J. H. Edwards, antiguo Delegado de la Receptoría de Aduanas de Santo Domingo, mientras que la Barahona Wood Products Company estaba administrada por un empleado del Gobierno Militar, y sus actividades estaban relacionadas con el corte de madera, especialmente Guayacán, madera con la que se construían las hélices de buques; los trozos más pequeños eran comercializados en el país. La destrucción de los bosques de Barahona, por esa compañía, desato, en 1926, una de las primeras controversias en la historia de la deforestación de la Republica dominicana y se le llegó a acusar de estar devastando los bosques de la región.. (Knight, pag.161)..

EL CENTRAL BARAHONA

El interés en fundar el Ingenio Barahona utilizando irrigación lo fue de un tal A. Hatton, quien había heredado el ingenio San Isidro y luego se declaró en bancarrota. Con el dinero que le quedó realizo estudios de mensuras en Barahona y dio los pasos para obtener concesiones sobre los terrenos, organizando en 1916 la Barahona Sugar Company, conforme a las leyes de Nueva York. Con ese fin se asoció a H. J. Pulliam, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Pulliam era además miembro de la West indian Finance Company y de una refinería llamada Western Sugar and Land Company, así como miembro del directorio de la Cuban Dominican Sugar Developement. Esta última suplía fondos al Central Barahona. (Knight, pag.141). Las actividades de la Barahona Company estaban financiadas además por el Nacional Banking Corporation. La Barahona Company poseía 49,354 acres de tierra en Barahona, en 1925.

EL CENTRAL BARAHONA Y SU CONTROL SOBRE EL AGUA

El 7 de agosto de 1920 The Barahona Company fue autorizada por el Gobierno Militar americano a tomar del arroyo “Palomino” hasta la cantidad de 142 litros de agua por segundo, con destino a usos domésticos e industriales y para construir una represa, canales, tuberías, planta eléctrica y otras indispensables para la distribución y uso de dichas aguas”

Mediante Orden Ejecutiva numero 763, el Gobierno Militar autorizo a suministrar mediante venta al Ayuntamiento de la ciudad de Barahona el agua que la población necesitaba para tomar y otras necesidades, así como vender el agua a los buques que tocaban el muelle de la ciudad.

Para que no queden dudas sobre esta abusiva medida del Gobierno Militar, vamos a leer el articulo 2 de la referida Orden Ejecutiva, que dice textualmente: “The Barahona Company, Inc., queda autorizada a vender al Ayuntamiento de la Común de Barahona, y el Ayuntamiento de la Común de Barahona queda autorizado a comprar, agua proveniente del arroyo “Palomino”, con destino a usos domésticos e industriales, bajo los precios, términos y otras condiciones que sean establecidos en Contrato de compra-venta, celebrado entre dicho Ayuntamiento y la referida Compañía”. (Orden Ejecutiva 763, en Gaceta Oficial 3336, del 25 de febrero de 1921). El contrato era por 30 años, tiempo en el que la población, para poder tomar agua y bañarse, tenia que comprarla al Central..

Este contrato de venta, que evidencia el abusivo control de la empresa extranjera de un recurso tan estratégico como lo es el agua, fue tocado por el gobierno del general Horacio Vásquez en 1926, porque las autoridades consideraban necesario controlar el destino del agua de los ríos con el fin de dedicar una parte de esa agua a los canales de riegos.

En las discusiones del Congreso se llego a plantear, en 1926, que la Orden Ejecutiva número 318 que favorecía a los ingenios azucareros con permiso de uso de agua, autorizaba a algunos de estos, como era el caso del Central Barahona, a utilizar más agua de la contenida en algunos ríos. Pero como se sabe el recurso más afectador por la presencia de la Barahona Company, fue la tierra agrícola de la Provincia y de paso los ricos bosques con que contaba la zona, además de despojar a los campesinos de Barahona de sus pequeños predios.

Para la construcción del Central Barahona, dice M. knight, miles de acres de bosques fueron sacrificados sin miramientos y aunque el ingenio pagaba algunos impuestos locales, hacían todo lo posible para corromper los gobiernos municipales. En Barahona, dice él, “las grandes sumas gastadas han dejado pocas huellas de mejoras publicas”. (knight, pag.149)

Un testimonio fundamental para entender lo que estaba pasando en Barahona con sus recursos naturales, es el de Federico Ellis Cambiaso. De acuerdo a Ellis Cambiaso, en un folleto que escribió en 1922 bajo el tituló de Los Cuatro Monstruos de la Anexión y por cuya publicación fue juzgado por el Gobierno Militar y condenado a seis meses de prisión, el Barahona Sugar Company era una corporación de funestas consecuencias para nuestro país, “razón de la sinrazón del Plan de Validación, hija legitima y directa de uno de los úkases imperialistas del Gobierno Militar americano en Santo Domingo (…), a cuya siniestra sombra se promulgó una le sobre tierras, esto es, una ley para expropiar tierras, constituye los cimientos, la armazón, la primera piedra del edificio que se llama: la anexión de Santo Domingo a los plutócratas de Wall Street”. “

“He aquí, la estratagema de la Barahona Company: dos ciudadanos norteamericanos solicitaron y les fueron concedidos los derechos exclusivos del usufructo de las aguas del Yaque del Sur (a uno, los de la margen derecha y al otro, los de la margen izquierda). Una vez obtenida esta concesión, empezaron a cercar la casi totalidad de las tierras de la Provincia de Barahona, en virtud de la consabida ley Marcial de tierras, votada por el Gobierno criminal de los Estados Unidos, esto es, la Ley creada con el propósito exclusivo y directo de servir a los intereses de Wall Street y enajenar las tierras de los indefensos y paupérrimos agricultores dominicanos”

“Estos dos sagrados ciudadanos americanos, día por día fueron extendiendo, sin la más remota noción de limites, el inmenso y caprichoso perímetro de sus cercas…Establecieron una feria en el Hatico (Tamayo, A.P.), en los alrededores de la ciudad de Barahona, con el fin de que cuando los agricultores dominicanos fueran a vender sus productos, dentro del perímetro de Wall Street, esto es, dentro de las propias tierras de los desdichados campesinos dominicanos, los representativos del imperio no les compraran y sólo les apuntaran que el sitio en donde podían hacerlo eran en la feria del Hatico. Allí acudían estos infelices dominicanos y vendían sus frutos en totalidad…Mas, cuando estos infortunados regresaban a sus hogares, sin amparo ni protección, encontraban la entrada prohibida por los mismos yankees: estos necesitan a todo trance la salida de aquellos, pero no su reingreso: de esta suerte, poco a poco, fueron saneando las tierras adquiridas a tan buen precio.”

“Los desgraciados terratenientes dominicanos acudieron a la autoridad correspondiente, en solicitud de apoyo que en puridad les asistía, pero sus quejas no fueron escuchadas, sus quejas no tuvieron eco en la autoridad dominicana. Que ironía tan cruel y dolorosa!….Las autoridades dominicanas, famélicas y cobardes, eunucos y serviles, no podían asumir –imposible! Tan grave responsabilidad: la responsabilidad de producir justicia a favor de los desvalidos dominicanos- sus hermanos-contra las bayonetas imperialistas de sus amos. Es que aquella tenían en sus pechos toda la horripilante traición de Judas Iscariote y nada, ni un sólo átomo de la fe y el convencimiento del divino Galileo. Mas. (…), como los terratenientes dominicanos, (…), abrigaban la esperanza de encontrar el Dios de la justicia (…), se dirigieron a estos (los ocupantes americanos,. A.P.), en solicitud de protección, más, que justicia podía existir en contra de los intereses de Wall Street, cuando la misma Casa Blanca está a merced de los caprichos y maquinaciones de los potentados y Señores del mundo?

“Los reclamantes de sus derechos sólo oyeron palabras de insolencia y amenazas brutales, algunos perdieron su libertad, so pretexto de irreverencia a los omnipotentes y despiadadas autoridades y hasta se rumora, con insistentes visos de verdad, que algunos han desaparecidos…En dónde están esos pobres campesinos aventados de la Provincia de Barahona, cuyo único delito ha sido el de reclamar lo que les pertenecía?…Por ventura, se habrán corrido llenos de espanto y temor hacia parajes remotos para ocultarse de la ira de la Bestia Apocalíptica?… Yacerán sus despojos en las entrañas del mismo suelo que le fue arrebatado por la codicia desenfrenada del poderoso invasor? …Sólo Dios lo sabe…(Rodolfo Ellis Cambiaso. Los cuatro monstruos de la Anexión. Santo Domingo, Imprenta Montalvo, 1922, pags. 12-14).

Los cuatro monstruos los eran Horacio Vásquez, Federico Velázquez, Elisa Brache hijo y Francisco J. Peynado, firmantes del entendido de evacuación de 1922.

La codicia denunciada valientemente por Ellis Cambiaso sobrepasaba los límites de Barahona y se vinculaba directamente con los intereses del Gobierno Militar Americano y de los propios Estados Unidos.

Cuando en 1922 se discutió y firmó en Washington el Entendido de Evacuación de la Republica Dominicana, los firmantes dominicanos, los cuatro monstruos, aceptaron reconocer la validez de las Ordenes y Resoluciones Ejecutivas promulgadas por el Gobierno Militar, que establecieran rentas, autorizado erogaciones o creado derechos a favor de terceros (Al Pueblo Dominicano. Documento puesto a circular por los firmantes para explicar y justificar el porque actuaron de ese modo, fechado el 23 de septiembre de 1922). De 92 Ordenes y Resoluciones Ejecutivas sobre fomento, comunicaciones y agricultura, 30 favorecían al Central Barahona Sugar Corporation.. (Op. Cit.), lo que delata la influencia que estos en las altas esferas del gobierno de los Estados Unidos y su poder económico en la Republica Dominicana…

Entre las 30 Ordenes Ejecutivas y Resoluciones que debían mantenerse vigentes, por las negociaciones para la desocupación, se encuentra la Resolución de 1921, con la que se entrega al Central Barahona e islote denominado El Cayo, por un espacio de 50 años y la que autoriza en el mismo año para que el Central utilice, siempre por 50 años el agua salada del mar.

Como hemos podido comprobar en estas breves notas, la presencia de las compañías norteamericanas en Barahona y la forma como se apropiaron de los recursos naturales de la zona, constituyen por si solas, una fuente interesante para futuras investigaciones que pueden y deben ser iniciadas por los especialistas en el campo de la historia y porque no, por los jóvenes que aquí, en las aulas de nuestra Universidad, se están formando como historiadores. Muchas Gracias.


Agua 
Cuentan con un acueducto que se abastece del río Palomino, inclusive este acueducto provee el servicio a parte del municipio de Santa Cruz de Barahona. Además cuentan con varias fuentes de agua potable natural como: Arroyo Grande, Arroyo Seco y Juan Méndez.
Río Palomino (Hidrografía)
Provincia: Barahona, Municipio: Fundación
Latitud: 18.25      Longitud: -71.1333
El río Palomino
El río Palomino es uno de los más importantes acuíferos que posee la provincia de Barahona. Este importante río nace en la loma de la comunidad cafetalera de El Montazo del Distrito Municipal de La Guázara de esta provincia, con su desembocadura en el río Yaque del Sur en la zona denominada La Boca del Río.
Desde la construcción en 1917 por la empresa norteamericana West India Sugar Finance Corporation con sede en Nueva York, el Central Azucarero conocido como Barahona Company, es abastecido de agua por Palomino y gran parte del Batey Central, lo que hoy se conoce como Distrito Municipal de Villa Central.
Hay que decir, que en la zona de Los Tubos Negros, camino a la comunidad de La Guázara, Palomino se une a Arroyo Seco, mientras que a unos 9 metros, se le une el río La Bija, por lo que en las temporadas de mucha lluvia y/o ciclónica, en esta parte del cause de esos ríos, se vuelven extremadamente peligrosos.

Resaltamos que un gran trayecto de la unión de esos importantes ríos, ha sido socavado por varias granceras que han extraído grandes cantidades de materiales para la construcción de calles de distintos pueblos de la zona, por lo que se han convertido en una seria amenaza para los moradores de la comunidad de habanero.
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Durante largos periodos de tiempo, los habitantes de la ciudad de Barahona utilizaron el agua del río Birán para el consumo domestico. A partir del principio del siglo XIX, con la llegada de la empresa de capital norteamericano, la The Barahona Company, a la zona del antiguo Batey Central, hoy Villa Central, y la construcción del segundo ingenio azucarero más grande del país (luego de adquirir las propiedades del cubano Joseph Eleuterio Hatton), la ciudad experimentó un crecimiento poblacional y por ende, el incremento de la demanda de servicios de agua potable y energía eléctrica.


Ya en aquella época se había producido la Primera Ocupación Norteamericana a la República Dominicana. No nos corresponde, dada la limitaciones de este breve artículo, estudiar las causas que llevaron a cabo dicha intervención. Pero una notable característica de la ocupación que repercutió bastante en todo el territorio fue la desarticulación de la vieja estructura económica colonialistas por una nueva, entregada totalmente al capital extranjero en complicidad con la burguesía local.
En Barahona, las prácticas injerencistas y económicas de la ocupación norteamericana no fue la excepción.

La The Barahona Company, con el apoyo tácito de los marines y las grandes firmas bancarias internacionales (dueñas del mismo ingenio azucarero), practicaron el despojo y o la compra bajo métodos inmorales de grandes posesiones agrarias para el cultivo de la caña. Este despojo implicaba también el usufructo de nuestros ríos y arroyos con unos niveles de explotación y afán de lucro nunca antes conocido en la historia.
Los ocupantes norteamericanos hacían y deshacían a su antojo en Barahona, todo esto para favorecer a los inversionistas de la Barahona Company. Los ocupantes no estaban solos, tenían a su favor la complacencia y apoyo de la nueva burguesía comercial barahonera que veían estas prácticas una supuesta manifestación de progreso.
Uno de esos negocios pingue de la empresa extranjera, lo realizó con el ayuntamiento local. cuando la ciudad requería de un acueducto para suplir la demanda de agua potable de los habitantes. Resulta que al principio de 1919, los ocupantes militares extranjeros publicaron una resolución donde autorizaba a la The Barahona Company (la Orden ejecutiva 318), tomar agua de nuestros ríos y arroyos a razón de un litro por segundo por cada hectárea de tierra, El agua sería usada por la empresa extranjera en sus plantaciones cañeras y en la planta de su ingenio azucarero, ubicado en el Batey.

Al año siguiente, el 7 de agosto de 1920, el gobierno de ocupación modifica la orden, la misma autorizaba a esa empresa de capital extranjero a tomar del arroyo Palomino hasta la cantidad de 142 litros de agua por segundos, para construir una represa.

Los inversionistas de la Barahona Company, carentes de grandes extensiones de terrenos en el batey para hospedar a sus ejecutivos y trabajadores, notaron que la ciudad no contaba con un acueducto de agua potable, así que los ocupantes norteamericanos autorizaron a la empresa venderle el agua del arroyo Palomino a la ciudad bajo precio arbitrario, supervisado además bajo los términos del ocupante.
El problema del ayuntamiento Municipal en aquella época era que no contaba con los recursos económicos necesarios para poner en marcha la construcción del acueducto, así que los miembros más entreguistas de la burguesía local presentaron al ayuntamiento y la Sala Capitular lo aprobó, una de las transacciones más viles y traidora que conoce nuestra historia: la venta a “precio de vaca muerta” de grandes extensiones de terrenos en lo que hoy se conoce como Villa Central a la The Barahona Company  El precio fijado por la Sala Capitular de aquel entonces fue por valor de cinco mil pesos.

El acueducto fue inaugurado en julio de 1922, pero un mes más adelante, el 9 de agosto, la Sala capitular, con el pretexto de que dicha medida facilitaría el buen funcionamiento del nuevo acueducto, aprobó una resolución considerada “injerencistas” por muchos barahoneros nacionalistas de aquella época. Dicha resolución facilitaba al gobierno ocupante el libre acceso y reglamentación del uso del agua proveniente del arroyo Palomino a todos los habitantes de la ciudad.

Así que con esa resolución, los marines norteamericanos establecidos en la ciudad, podían visitar en el día las casas particulares, oficinas públicas y privadas y reglamentar el uso del agua de nuestro acueducto, construido con dinero que el ayuntamiento recibió por vender propiedades del pueblo. La vergonzosa resolución de marra le daba el privilegio a los norteamericanos tener acceso en los lugares donde quiera que estuviese instalado una pluma proveniente de nuestro acueducto.

Con la construcción del acueducto se solucionó un grave problema en la ciudad, pero la gran beneficiada fue la The Barahona Company, ya que por el suministro de agua del arroyo Palomino el ayuntamiento tenía que pagarle a la empresa de capital extranjero la suma de RD$ 175 pesos mensuales.

Pero ahí no termina la historia. El extenso terreno “comprado” como baratija al Ayuntamiento Municipal, resultó ser un gran negocio para la The Barahona company. La empresa extranjera construyó un pequeño Estado azucarero, un territorio con sus leyes e infraestructuras económicas. En dicho “mini Estado” a pocos kilómetros de la ciudad, se instalaron negocios dependientes de la industria azucarera, las oficinas de la empresa, las lujosas viviendas y campo de golf para los ejecutivos, hasta un aeropuerto.

Pero también, dicho Estado azucarero dio lugar al nacimiento de una nueva clase social, el proletariado rural, también de una clase social media de “cuello blanco” convertida en los trabajadores de oficina de la empresa extranjera.

Fueron estas dos clases sociales que años más tarde iniciaron el proceso de transformación económica y política de lo que algún día sería llamado Villa Central.
Escrito por David Ramírez (David Barahonero).
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Barahona y sus inicios


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La ciudad de Barahona tuvo su comienzo en el año 1802. Los terrenos donde se radica fueron cortes de maderas de caoba y roble.


Para el corte de esas maderas, llegaron trabajadores de los lugares de Pescadería, la Otra Banda, Cachón y Peñón, así como de Azua, San Juan de la Maguana y Las Salinas, los cuales se instalaron a la orilla de la playa, en donde construyeron ranchos para guarecerse del sol y de la villa.

Estas viviendas rústica, dieron origen a la actual ciudad de Barahona, la que se ha ido extendiendo vertiginosamente hacia la parte oeste. Por largo tiempo, esa población sólo alcanzó hasta la calle Canela, nombre este que se le dio a dicha calle en el año de 1883, en recuerdo a la gloriosa batalla restauradora.
En ese mismo año tuvo lugar la designación de los llamados alcaldes de barrios, a los cuales se les asignaron los servicios policiales.
Hay muchas versiones sobre el nombre de Barahona, algunos sostienen que viene de Bahía Honda, por la pintoresca bahía de Neiba; otros dicen que se origina de la medida de longitud conocida por vara y onda y que se usaba entonces para venta de géneros; unos mas que un sujeto de Cuba, un tal Juan Soto de Barahona era el que se instaló con un comercio en esa región, por lo que los lugareños al ir a comprar decían " vamos donde Barahona " y así quedo el nombre al lugar, los más afirman que se dedicó en honor al Conde de Barahona. Lo cierto es que el nombre de Barahona es de origen español. Luego la iglesia quiso terciar en el asunto, le antepuso Santa Cruz de Barahona, siendo su primer sacerdote, según todas las probabilidades, Teodosio Ramírez. También fueron sus primeras autoridades, los señores José Dolores Matos, gobernador, quien había ejercido antes en la ciudad de Azua las elevadas funciones de comisionado del gobierno; Manuel Díaz hijo, presidente del Ayuntamiento; Jerónimo Díaz, síndico municipal, y José María Sepúlveda, director del registro civil y conservador de Hipotecas.
La preponderancia que en todos los aspectos tenía ya Barahona, determinó un cambio a favor de la misma y mediante un cambio en favor de la misma y mediante decreto No. 1959 de fecha 12 de septiembre de 1881, se erigió conjuntamente con Neiba, en cabecera de la división territorial que al efecto se adoptó en esa época.
Origen del Ejido de Barahona
El 2 de noviembre del año 1882, el general Wenceslao Figuereo, a la sazón ministro de Interior y Policía, se trasladó a la ciudad de Barahona, e hizo convocar una reunión de los condueños de los terrenos en los cuales estaba radicada la población, con el fin de que estos hiciesen donación de los mismos al Consejo Municipal.
Dicha reunión, según el acta de donación instrumentada por el notario público, don Rafael Montalvo y González, se vio concurrida por los señores José Dolores Matos, gobernador civil y militar; José Altagracia Matos, representado por Rafael Matos; Francisco Carvajal, presidente del Tribunal de Primera Instancia; Silvaín Coiuscou, representante de este último; Damaso Suero, en su nombre y en representación de su padre Pedro Suero; Tomás Suero, Javier Suero, Nolasco Suero y Juan Cuevas.
Dicha donación comprendía los terrenos entre los siguientes linderos: por el norte: desde el punto denominado El Portillo, línea recta al sitio conocido por el Botado de José del Carmen; al oeste: desde el punto pasando por la Boca de los Tres Caminos al cauce del río Birán, en el sitio conocido por los Palos al Agua; por el sur, el cauce del río Birán, hasta llegar a su boca, siendo el lindero natural del este el mar.
En acuerdo tomado por el Consejo Municipal en fecha 27 de septiembre de 1883, se dispuso dividir la ciudad en cuarteles y se hicieron las designaciones de los alcaldes de barrios, así como la nomenclatura de calles.
Primeros progresos
Ya en el año 1875, Barahona contaba con un puerto de exportación, con cuyo motivo fue creada una sub-delegación de hacienda, lo cual redundó en beneficio tanto de la economía regional como nacional; y en el año de 1902, se efectuó el degrado de dicho puerto y se construyó un muelle de madera, instalándose asimismo, algunas boyas.
Dicho muelle estaba situado en el extremo este del llamado Camino Real y que hoy lleva el nombre de calle Restauración.
Primera sociedad cultural recreativa
A finales del año 1883, los caballeros Ignacio María Guerra, Jaime Mota, José María Sepúlveda, Eugenio Matos, Rafael  Damirón (Peleto), Rafael Montalvo y González, Antonio María Brea, Evaristo Linares, Antonio Lluberes, Ignacio María Guerra hijo, Emilio Sánchez y otros, fundaron la sociedad recreativa llamada “Porvenir”, de la cual era presidente, Ignacio María Guerra.
Esta institución designó miembros honorarios, a don Francisco Gregorio Billini, Prebístero Fernando Arturo de Meriño, Generoso de Marchena, Francisco Henríquez y Carvajal, Hipólito Billini y Abraham Marchena.
En el año 1899, tuvo Barahona su primer parque de recreo, su primera banda de música, alumbrado y telégrafo; el parque es el que actualmente se denomina “Central”; la banda de música estaba dirigida por el compositor Fermín Cuevas y el alumbrado se componía de faroles alidos por gas; el servicio telegráfico estaba desempeñado por el telegrafista Federico Serra.
En el año 1911, don Joaquín Bidó G., oriundo de la ciudad de Azua, introdujo en esta ciudad, la primera imprenta y dio a los talleres que instaló, el nombre de “Yaquimo”. En ellos comenzó a imprimir el señor Nicanor Espinal, el primer periódico de toda la provincia, el cual bautizó con el nombre de “Birán”. Con este vocero tuvo Barahona el primer factor de divulgación de su progreso y cultura.
En el año de 1921, fue inagurado el primer teatro, el cual se le dio el nombre de “Unión”, perdurando aún, no obstante ser de madera. En ese mismo año tuvo también Barahona su primera biblioteca pública, la que fue bautizada con el nombre de “Apolinar Perdomo”, en memoria del gran poeta neibano.
Instalación del ingenio Barahona
A pesar de que desde el año 1917 comenzó la instalación de la factoría azucarera denominada “Barahona Company”, su primera molienda fue en el año 1922, la que comenzó con una pequeña producción, aumentando de manera progresiva en los años sucesivos.
Primer sistema de acueducto
Mediante convenio entre el ingenio Barahona Co, y el Honorable Ayuntamiento, en fecha 15 de julio de 1922, fue inaugurado el servicio de acueducto.
Durante los primeros años, el abastecimiento se hacía del río Birán, pero como el agua era escasa para las necesidades de la población y de la empresa azucarera, ésta construyó un extenso sistema para conducir el importante líquido desde el Arroyo Palomino, radicado en la sección de La Guázara.
La suma que pagaba en los primeros años la corporación municipal por el suministro de agua, era crecida, pero a medida que pasó el tiempo fue reducida a RD$175 mensuales, suma que se estuvo pagando hasta que fue inaugurado el nuevo acueducto.
Primera escuela normal: por virtud de la ley No. 519 del año 1926, fue instalado por primera vez en Barahona, un plantel oficial de segunda enseñanza, en el cual cursaron estudios varios jóvenes de aquella época que hoy son excelentes profesionales.
Primer sistema de alumbrado eléctrico
En abril de 1929, por convenio entre el ingenio Barahona Co y el Honorable Ayuntamiento, se instaló en Barahona el primer sistema de alumbrado eléctrico, el cual al principio se extendía solamente a algunas calles céntricas. Dicho servicio duraba desde las seis de la tarde hasta la media noche y por el mismo se paga la suma de RD$440.00 mensuales.
Fuente: Ramón Espinal


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