Por FELIX BETANCES.
Desde siempre en las escuelas dominicanas, ha habido desayunos, comidas y meriendas y desde siempre se han escuchado quejas de insatisfacciones muchas veces razonables y otras sin mucho fundamento.
Ahora que se está implementando un nuevo régimen escolar con la tanda extendida, también se acrecienta el compromiso oficial de alimentar y sostener a los alumnos de manera satisfactoria, ya que estos tienen que permanecer allí por unas 8 horas durante los cinco días laborables.
De la misma manera y como es natural, crece la preocupación de padres, madres, tutores, profesores y personas particulares de la sociedad ante el temor de que pudiera aumentar la posibilidad de contaminación y riesgos por mal manejo u otras causas, en lo relativo a esos alimentos y es hasta cierto punto razonable ya que en el pasado, se llegó a cometer muchas indelicadezas como les llamó un ex presidente de la República a esas diabluras.
Todos los sectores interesados, debemos estar ojo avizor con esta situación ya que cualquier descuido, podría costarnos muy pero muy caro.
Algo que no es bueno, es que a veces nos acostumbramos a criticar todo de manera apresurada, en lugar de tratar de ver en qué forma podemos contribuir a que las cosas se mejoren para bien de todos y todas. En tal sentido queremos expresar lo siguiente:
Al iniciar la las clases en la forma ya expresada, el compromiso se ha hecho más exigente como es lógico, y a pocos días de operación, ya llueven las inconformidades de personas y gremios que se quejan de la forma en que se están llevando los alimentos a las escuelas, manifestando incluso múltiples temores y hasta proponiendo que dichos alimentos se preparen en las mismas escuelas donde van a ser servidos.
Hasta cierto punto tienen razón, pero estamos conscientes de que las escuelas, comenzando este nuevo sistema, no están en condiciones de brindar ese servicio al menos por el momento; primero porque la mayoría carece de un espacio adecuado para cocina con todo lo que esto implica, ni tampoco cuentan con un comedor en el que puedan servirse los alimentos.
Además de lo expresado, se necesita un personal debidamente capacitado, llámese Chefs y personal de apoyo, el cual tendrá que ser debidamente seleccionado de manera correcta que incluya una Certificación de Salud, expedida por un facultativo, entre otras cosas. Así de sencillo.
En tal sentido, hemos girado una visita por varios lugares donde se elaboran alimentos para distintas escuelas y a decir verdad, no todo anda como debe ser en todos los lugares visitados, pero tampoco es que las cosas anden tan mal como para rechazar de plano lo que allí se está haciendo. En tal sentido, nos permitimos en calidad de padre de alumnos, sugerir algunas cositas las cuales serían mejoradas a partir de la fecha.
A este incipiente proceso, hay que darle su tiempo, ningún niño nace criado, sino que hay que dedicarse a criarlo y la escuela como conjunto, por el momento no está en condiciones de sumir este compromiso.
Lo que deben hacer el Ministerio de Educación conjuntamente con la ADP, si es que ésta está realmente interesada en contribuir con esta noble causa, es crear una Comisión permanente, de supervisión y vigilancia para que visiten diariamente y a cualquier hora, los Centros donde se preparan los alimentos y que se ocupen por corregir en el acto, cualquier anomalía que pudiera presentarse; no una Comisión de profesores, porque aunque las comidas se prepararan en las escuelas, los profesores no deberán abandonar sus compromisos docentes para hacer supervisiones, ya que por su relativo corto tiempo, tampoco surtirían los mejores efectos.
Que esa comisión esté facultada para informar a sus superiores y hasta recomendar las medidas que sea necesario tomar, en caso de que alguien esté violando la rigurosidad del protocolo establecido, incluyendo la suspensión del Contrato. Entre otras cosas, el uso indefectible de gorros, delantales, guantes, mascarillas, y toallitas para secar el sudor.
Todos tenemos el compromiso de velar y contribuir en lo que sea necesario para que todo se haga bien y a satisfacción de todos, mientras el Ministerio pueda asumir por si solo el delicado compromiso de los alimentos en las escuelas del país.
Nos juntaremos en el próximo Semáforo.
Desde siempre en las escuelas dominicanas, ha habido desayunos, comidas y meriendas y desde siempre se han escuchado quejas de insatisfacciones muchas veces razonables y otras sin mucho fundamento.
Ahora que se está implementando un nuevo régimen escolar con la tanda extendida, también se acrecienta el compromiso oficial de alimentar y sostener a los alumnos de manera satisfactoria, ya que estos tienen que permanecer allí por unas 8 horas durante los cinco días laborables.
De la misma manera y como es natural, crece la preocupación de padres, madres, tutores, profesores y personas particulares de la sociedad ante el temor de que pudiera aumentar la posibilidad de contaminación y riesgos por mal manejo u otras causas, en lo relativo a esos alimentos y es hasta cierto punto razonable ya que en el pasado, se llegó a cometer muchas indelicadezas como les llamó un ex presidente de la República a esas diabluras.
Todos los sectores interesados, debemos estar ojo avizor con esta situación ya que cualquier descuido, podría costarnos muy pero muy caro.
Algo que no es bueno, es que a veces nos acostumbramos a criticar todo de manera apresurada, en lugar de tratar de ver en qué forma podemos contribuir a que las cosas se mejoren para bien de todos y todas. En tal sentido queremos expresar lo siguiente:
Al iniciar la las clases en la forma ya expresada, el compromiso se ha hecho más exigente como es lógico, y a pocos días de operación, ya llueven las inconformidades de personas y gremios que se quejan de la forma en que se están llevando los alimentos a las escuelas, manifestando incluso múltiples temores y hasta proponiendo que dichos alimentos se preparen en las mismas escuelas donde van a ser servidos.
Hasta cierto punto tienen razón, pero estamos conscientes de que las escuelas, comenzando este nuevo sistema, no están en condiciones de brindar ese servicio al menos por el momento; primero porque la mayoría carece de un espacio adecuado para cocina con todo lo que esto implica, ni tampoco cuentan con un comedor en el que puedan servirse los alimentos.
Además de lo expresado, se necesita un personal debidamente capacitado, llámese Chefs y personal de apoyo, el cual tendrá que ser debidamente seleccionado de manera correcta que incluya una Certificación de Salud, expedida por un facultativo, entre otras cosas. Así de sencillo.
En tal sentido, hemos girado una visita por varios lugares donde se elaboran alimentos para distintas escuelas y a decir verdad, no todo anda como debe ser en todos los lugares visitados, pero tampoco es que las cosas anden tan mal como para rechazar de plano lo que allí se está haciendo. En tal sentido, nos permitimos en calidad de padre de alumnos, sugerir algunas cositas las cuales serían mejoradas a partir de la fecha.
A este incipiente proceso, hay que darle su tiempo, ningún niño nace criado, sino que hay que dedicarse a criarlo y la escuela como conjunto, por el momento no está en condiciones de sumir este compromiso.
Lo que deben hacer el Ministerio de Educación conjuntamente con la ADP, si es que ésta está realmente interesada en contribuir con esta noble causa, es crear una Comisión permanente, de supervisión y vigilancia para que visiten diariamente y a cualquier hora, los Centros donde se preparan los alimentos y que se ocupen por corregir en el acto, cualquier anomalía que pudiera presentarse; no una Comisión de profesores, porque aunque las comidas se prepararan en las escuelas, los profesores no deberán abandonar sus compromisos docentes para hacer supervisiones, ya que por su relativo corto tiempo, tampoco surtirían los mejores efectos.
Que esa comisión esté facultada para informar a sus superiores y hasta recomendar las medidas que sea necesario tomar, en caso de que alguien esté violando la rigurosidad del protocolo establecido, incluyendo la suspensión del Contrato. Entre otras cosas, el uso indefectible de gorros, delantales, guantes, mascarillas, y toallitas para secar el sudor.
Todos tenemos el compromiso de velar y contribuir en lo que sea necesario para que todo se haga bien y a satisfacción de todos, mientras el Ministerio pueda asumir por si solo el delicado compromiso de los alimentos en las escuelas del país.
Nos juntaremos en el próximo Semáforo.
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